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Líder con mucho sentido del humor

El sentido del humor en el ámbito laboral se ha considerado como una distracción, falta de seriedad, frivolidad, burla al poder y por ello, no se cree que sea apropiado usarlo en el mundo laboral.

El humor no se reduce en contar chistes o en ser un graciosillo, sino en descubrir cuál es el tipo de humor de cada uno, y de ahí conseguir impacto para influenciar, ayudar a lograr objetivos y templar los ánimos a la hora de reducir la tensión en los tiempos difíciles. En las compañías hay muchos momentos difíciles, especialmente en este mercado cambiante. De ahí la gran importancia de los líderes de que sean capaces de gestionar las diferentes situaciones para crear un buen ambiente laboral.

Cuando pensamos en las características de un buen líder nos vienen a la cabeza conceptos como visión estratégica, negocio, credibilidad, determinación...pero no que tenga sentido del humor.

Los líderes con sentido del humor son conscientes de que el buen humor es una gran herramienta para construir equipo. Ya que cuando el equipo entero ríe, sus integrantes se sienten cómodos unos con otros, con mayor motivación, compromiso, aprendizaje, mayor productividad, innovación al aprender mejor de los errores, y mayor transparencia y honestidad al potenciar la confianza interpersonal.

El humor reduce la distancia social entre las personas y hace a los líderes más cercanos y menos estresantes.

Una institución tan emblemática como la Universidad de Stanford tiene un programa ejecutivo denominado “Humor: Serious Business”, en el cual los profesionales comprenden los usos estratégicos del humor en los negocios, descubren su propio estilo, entienden el de los demás y aprenden técnicas para integrarlo en su modelo de liderazgo.

Consultores tan relevantes como Manfred Kets de Vries o Plácido Fajardo definen las tres “h” del liderazgo (humildad, humanidad y humor) como elementos complementarios a los factores tradicionales.

El punto de partida del sentido del humor es que seamos capaces de reírnos de nosotros mismos y lo utilicemos de manera inteligente, selectiva y orientada a objetivos.

El humor es un antídoto contra la adversidad y es que “Hoy quien bien te quiere te hará reír, y no llorar.”

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