Vivimos en una época de prosperidad, pero también nos enfrentamos a tremendos desafíos globales que amenazan nuestra propia existencia como especie, como la extrema pobreza y el hambre o la destrucción de ecosistemas enteros y el cambio climático. Abordar eficazmente estos desafíos requiere un compromiso ambicioso y coordinado de la mayoría de las naciones del mundo. La inteligencia artificial –y específicamente los métodos de IA basados en datos– tiene el potencial de ayudarnos a abordar estos retos. Dado que no disponemos de un planeta B.

Pero ¿cómo pueden las empresas con una fuerte huella ecológica aprovechar las oportunidades de la inteligencia artificial para reducir el impacto ambiental?

- Eliminar emisiones:
Google tiene una huella de carbono muy importante. Consume tanta electricidad como 300,000 hogares españoles, no obstante, desde hace años tiene el firme propósito de eliminar sus emisiones.

Dicho fin lo persigue mediante el uso de IA por medio de «algoritmos de aprendizaje general» de esta forma han logrado reducir la energía necesaria para enfriar los centros de datos (que suponen el 3% del consumo energético global) en un 40%. Con ayuda de datos históricos como la temperatura, el clima y la cantidad de datos procesados, la IA es capaz de saber cuándo activar el sistema de refrigeración mucho más rápido que un ser humano, y de esta manera el enfriamiento es mucho más óptimo.

- Control áreas protegidas
Otras organizaciones para ayudar a proteger la selva tropical de la tala ilegal, la cual supone la destrucción de los ecosistemas y biodiversidad, liberando grandes cantidades de CO2 a la atmosfera provocando efecto invernadero.

Mediante el uso de la IA han logrado detectar sonidos que puedan resultar peligrosos para el medio ambiente en zonas de bosques protegidos en las selvas tropicales.

- Predicción fenómeno meteorológicos
Otra vía a través de la cual se puede comprobar que la IA nos puede ayudar es para predecir fenómenos meteorológicos extremos y su impacto. El disponer de esta información con antelación permite el gestionar una respuesta más eficiente y rápida ante los desastres naturales.

- Mejora en rutas de transporte
El proceso de enviar productos a escala global es muy ineficiente. La IA contribuye a planear una ruta más eficiente, con menos kilómetros recorridos y menos tiempo en la carretera. Como resultado se obtiene un menor coste operacional y una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

El desarrollo de una inteligencia artificial para la protección de los recursos naturales, los ecosistemas y la biodiversidad es una oportunidad que no podemos –ni debemos– desaprovechar.